Hoy hablamos con Jose Manuel Becerra Villamor licenciado en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y vocal de Titulares de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Farmacéutico comunitario, con experiencia también en industria, Becerra fue el director del Congreso Infarma Madrid 2024.
Desde su visión profesional y colegial, comparte los retos que enfrenta la farmacia comunitaria, los objetivos de esta nueva edición y cómo Infarma puede seguir siendo un espacio de encuentro, formación y proyección para el sector.
Has estado al frente del Congreso Infarma Madrid 2024 y ahora repites como director en 2026. ¿Qué representa para ti liderar de nuevo esta parte tan estratégica del evento?
Es un honor y una gran responsabilidad. Infarma no es un congreso más: es el gran foro donde la profesión se muestra en toda su amplitud. Volver a dirigirlo significa dar continuidad a una labor que ya demostró en 2024 su capacidad de atraer, formar y proyectar el futuro de la farmacia. Hoy la realidad es clara: la farmacia comunitaria es una solución asistencial ya activa frente a desafíos tan relevantes como la cronicidad, la polimedicación o la soledad no deseada y la farmacia es el punto, por cuya cercanía y proximidad, empieza el cuidado de la salud. Infarma 2026 quiere subrayar esa realidad y mostrar que somos un pilar esencial en la calidad de vida de las personas.
¿Cuáles son, en tu opinión, los grandes retos que enfrenta hoy la farmacia comunitaria y que el Congreso debe reflejar?
Los mismos que afronta el sistema sanitario en su conjunto. El envejecimiento creciente de la población, la gestión de la polimedicación, el acompañamiento a pacientes crónicos, la atención a personas frágiles y el reto social de la soledad no deseada, y también la atención en el entorno rural. La farmacia está en primera línea frente a todos ellos. Y es precisamente lo que Infarma quiere reflejar: que ya estamos dando respuestas, que disponemos de experiencias y modelos que funcionan, y que necesitamos consolidar este papel con herramientas de gestión, innovación y trabajo en red. El beneficio para el congresista es evidente: volverá a su farmacia con soluciones prácticas y aplicables para reforzar su impacto sanitario y social.
Eres farmacéutico de formación, con trayectoria tanto en oficina de farmacia como en industria. ¿Cómo influye ese recorrido en tu enfoque a la hora de construir el programa?
Mi experiencia en la farmacia comunitaria me ha enseñado a ver de muy cerca la realidad de los pacientes: personas mayores que necesitan seguimiento, crónicos que requieren adherencia, familias que confían en su farmacéutico como primer recurso sanitario… La farmacia es casi una radiografía social. La industria, por su parte, me dio la perspectiva de la innovación y la investigación. A veces parecen dos mundos separados, pero en realidad se complementan y no se puede entender el uno sin el otro, pues todas las profesiones sanitarias y la farmacéutica no es una excepción, están ligadas a la innovación y a la investigación científica. En Infarma 2026 queremos reforzar aún más esos puentes para que esa innovación se traduzca en soluciones que los farmacéuticos puedan aplicar directamente en la atención a sus pacientes, especialmente a los más vulnerables. La innovación y la investigación realmente cobran sentido cuando su aplicación sirve de beneficio para las personas.
¿Qué aporta un Congreso como Infarma al posicionamiento del farmacéutico como profesional de salud?
Aporta conocimiento, modernidad, visibilidad, prestigio, capacidad de adaptación y cohesión. Durante mucho tiempo la farmacia ha estado encasillada en una visión demasiado reducida, pero la realidad diaria demuestra que somos un eslabón de enorme valor: un recurso sanitario de proximidad, accesible, confiable y resolutivo. Infarma sirve para amplificar esa evidencia con proyectos, experiencias y datos que muestran cómo contribuimos de forma efectiva a aliviar la carga del sistema sanitario. Cada asistente se marcha con orgullo de pertenencia y con argumentos sólidos para trasladar el valor de su farmacia a pacientes, a la Administración y al conjunto de la sociedad.
¿Qué papel juega la formación continua y la actualización del conocimiento en un sector que avanza tan rápidamente?
Fundamental. No se puede entender esta profesión sin la formación continuada. El ritmo de cambio es tan alto que lo que era válido hace poco tiempo puede quedar obsoleto. Hablamos de nuevos modelos de atención, de terapias innovadoras, de digitalización y de cómo afrontar mejor algunos problemas de gran calado como la adherencia terapéutica o la prevención de la fragilidad. Infarma condensa en tres días la mejor actualización posible: expertos de primer nivel, experiencias contrastadas y la oportunidad de anticiparse a lo que vendrá. Además, Infarma aúna ciencia, gestión y profesión. Para cualquier farmacéutico, asistir es asegurarse de estar preparado para el presente y el futuro inmediato.
¿Qué te gustaría que se llevase a casa un farmacéutico tras asistir a Infarma?
No quiero que se marchen con conceptos abstractos, sino con certezas. Con herramientas concretas para mejorar la gestión, reforzar servicios y cuidar mejor a sus pacientes. Muchas veces de los congresos se sale con ideas inspiradoras, pero difíciles de aplicar. Infarma apuesta por lo contrario: sesiones prácticas, experiencias reales y soluciones testadas. El farmacéutico debe volver convencido de que su labor es imprescindible y con recursos inmediatos para optimizar su día a día. Haremos lo posible para que todos los asistentes sientan que su presencia ha merecido la pena.
En una sola frase, ¿cómo definirías lo que esperas que sea Infarma Madrid 2026?
Infarma 2026 será el lugar donde los farmacéuticos de toda España encontrarán evidencias, inspiración y soluciones prácticas que refuercen el valor de lo que ya son: una respuesta real y eficaz a los grandes retos de la sanidad, porque la salud de todos empieza en cada farmacia.