• El coloquio Atención integral del hospital a la farmacia: de la necesidad a la realidad, celebrada en ‘Infarma Madrid 2024’ reúne a médicos, farmacéuticos de distintos niveles asistenciales y pacientes
  • El desarrollo de protocolos colaborativos para la continuidad asistencial, mejorar la comunicación e incorporar más a los pacientes a las decisiones, aspectos claves
  • Las farmacias comunitarias son un punto que puede ser esencial en el seguimiento de los pacientes, la adherencia y en la detección de riesgos con los tratamientos

Madrid, 19 de marzo. La atención integral de los pacientes es una necesidad que tiene el sistema sanitario que, sin embargo, aún no se ha convertido en una realidad completa. Esta es una de las principales conclusiones de la mesa coloquio Atención integral del hospital a la farmacia: de la necesidad a la realidad, celebrada en la 34 edición de Infarma, el Encuentro Europeo de Farmacia y Salón de Medicamentos y Parafarmacia, que organizan desde hoy y hasta el jueves los colegios de farmacéuticos de Madrid y Barcelona junto con la empresa CloserStill.

La mesa, moderada por el director de Comunicación del COFM, Mario Vaíllo, contó con la participación de Mari Carmen Magro, vocal de Ejercientes No Titulares de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), Mario García Gil, presidente de la Sociedad Madrileña de Farmacéuticos de Hospital; Rafael Ortega, vocal de Atención Primaria del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem), y Laura García Ruano, coordinadora de servicios ambulatorios de la Fundación Madrid Esclerosis Múltiple.

Si bien todos los asistentes coincidieron en que el paciente debe ser el eje de las actuaciones sanitarias, García Ruano manifestó que “muchas veces los pacientes sentimos que rebotamos de un profesional o de un nivel asistencial al otro y se necesita que se tenga más en cuenta no solo nuestra realidad clínica, sino también la humana y emocional, pues aunque los fármacos son importantes en el tratamiento, hay que considerar también otros aspectos”.

Mario García Gil recalcó que, aunque existen herramientas e instrumentos suficientes, falta todavía una estrategia común que permita hacer un uso organizado de ellos. “La actual Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid nos proporciona un marco, incluso en 2024 se espera que esté reglamentada la dispensación colaborativa para reforzar la colaboración entre farmacia hospitalaria y comunitaria, pero tenemos que avanzar más en protocolos colaborativos de actuación e innovar en los procesos asistenciales para adaptarse también a lo que necesita cada paciente, porque si solo nos quedamos en la dispensación colaborativa no avanzaremos, tenemos que centrarnos en el seguimiento”.

En esta visión coincidieron también Mari Carmen Magro y Rafael Ortega, quienes insistieron en la importancia de la colaboración médico-farmacéutico: “Los médicos siempre hemos defendido la importancia del farmacéutico comunitario en el seguimiento y el manejo de la adherencia, porque ellos conocen no solo la medicación del paciente, sino todo su entorno, por eso habría que reforzar aún más la comunicación y establecer sistemas que nos permitan recibir en tiempo real los avisos del farmacéutico cada vez que detecta alguna situación de riesgo con un tratamiento·.

Magro incidió en esto y puso de ejemplo la campaña para el uso seguro de los medicamentos que el COFM lleva desarrollando desde hace meses mediante la herramienta de bloqueo cautelar presente en la receta electrónica y en la que se ya han realizado más de 4.500 intervenciones. “Muchas veces podemos intervenir cuando detectamos un problema con la medicación, especialmente con la sobrecarga de atención primaria, pero a veces carecemos de la información suficiente para hacerlo, por lo que sería necesario que podamos acceder a la información farmacoterapéutica que nos permita actuar a nivel farmacéutico”.

En este aspecto coincidió García Gil y también Ortega, si bien el vocal de Atención Primaria del Icomem, recordó que eso no es lo mismo que acceder a la historia clínica que “tiene información muy delicada, por protección de datos, que no se puede compartir”.

Los participantes insistieron en la importancia de colaborar para conseguir que la atención integral sea una realidad y concluyeron en que entre las cualidades de los profesionales sanitarios del futuro estará la capacidad del aprendizaje conjunto.