Gran parte de los recién titulados valoran la posibilidad de ser titulares de una oficina de farmacia. En algunos casos lo hacen por continuar la saga familiar y, en otros, lo hacen recomendados por algún amigo/conocido o únicamente porque su objetivo inicial ya era ser titular de una farmacia.

De cualquier forma, quien inicia el camino de la compra, desconoce, en la mayoría de los casos, el funcionamiento de la farmacia como negocio y los miedos y las dudas surgen precisamente de ese desconocimiento.

La farmacia comunitaria se trata de un establecimiento sanitario que está regulado. Y es precisamente en esa regulación donde se encuentra la seguridad que recibe quien ha decidido invertir en su compra. De esta forma podemos analizar sus facturaciones, sus márgenes, sus gastos, las amenazas de nuevas farmacias en la zona, así como las oportunidades de desarrollo de la propia farmacia. Todo ello nos permite realizar nuestro plan de negocio, dar continuidad a todos aquellos puntos fuertes de la farmacia y mejorar las carencias que hayamos detectado.

El de la farmacia es un sector regulado. Y también un sector seguro. De modo que, como consecuencia de esta seguridad, las entidades bancarias tienen clara su apuesta por el sector. Una apuesta que es mayor si se compara con otros sectores. Y que en muchísimas ocasiones suele dar respuesta a las necesidades que cada farmacéutico tiene para su negocio, presente y futuro.

Quien compra una oficina de farmacia por primera vez, se encuentra en el inicio de una andadura profesional donde una vez conseguido ese apoyo financiero, se dispone a emprender su propio negocio. Pero es, además, mucho más que eso. Comprar una farmacia es embarcarse en un proyecto mucho mayor, a nivel profesional y personal. Es, en muchas ocasiones, cumplir un sueño. En este punto la ilusión es máxima y el nuevo titular traslada a la farmacia un nuevo impulso, mejora la atención, adapta a su estilo el espacio de venta, introduce una mayor motivación a sus empleados y, en definitiva, la farmacia suele experimentar un crecimiento con respecto al anterior propietario sólo por el hecho de esos cambios.

Existe un tremendo arraigo a la farmacia y es habitual vincular la vida personal a la profesional cuando se trata de una oficina de farmacia. La adquisición de una farmacia condiciona la vida y también propicia encaminar el futuro profesional, económico y patrimonial, (dando toda la tranquilidad necesaria en esos aspectos). En ello influyen los incentivos fiscales, pero, sobre todo, el patrimonio que se va generando en la medida en que se van amortizando los préstamos y mejorando las facturaciones y rendimientos. Y aquí llegamos a diversos caminos, continuidad con la farmacia, la apuesta por otra, retiro o jubilación…

En cualquiera de estos casos y partiendo de la compra y posterior gestión de la oficina de farmacia es recomendable estar acompañado por profesionales experimentados en el sector. En Asefarma llevamos 30 años abordando todas estas cuestiones y tratando de una manera personalizada a nuestros clientes para dar respuesta a sus necesidades. Les acompañamos de principio a fin, a lo largo de toda su vida profesional y, sobre todo, a la hora de dar un paso tan importante como es la compra de una farmacia.