Maribel Saiz Cayuela · Directora técnica de Intersa Labs
Licenciada en Ciencias Biológicas, especializada en Biología Vegetal · Postgraduada en Dietética y Nutrición · Especialista en aromaterapia científica y plantas medicinales


¿Te has preguntado por qué una piel envejece antes que otra teniendo la misma edad cronológica?  Sí, es cierto que existen factores genéticos que influyen, pero no todo es genético, también es muy importante cómo cuidamos nuestra piel.

En la actualidad, la epidermis de las personas está muy agredida por aspectos exógenos como la polución, el exceso de sol o la mala alimentación. Sobre algunos de estos factores no podemos actuar, pero es importante saber sobre cuales sí podemos y tomar las medidas adecuadas para conseguir una piel saludable y estar más protegidos frente a los agresores externos. Por lo tanto, es necesario cuidar la piel, sobre todo en el sentido de aumentar su función barrera, purificarla y detoxificarla, para lograr que respire, se oxigene y pueda llevar a cabo sus funciones de nutrición, detoxificación y regeneración de forma adecuada. Cuando cuidamos la piel de esta forma, sin darnos cuenta estamos participando de forma activa en la prevención del envejecimiento cutáneo. No hay mejor tratamiento antiedad que proporcionar a la piel los nutrientes que necesita para neutralizar la oxidación celular que se produce por el simple hecho de vivir en una ciudad o seguir una alimentación con alimentos procesados.

El cuidado de la piel va más allá del uso de un cosmético natural indicado para uno u otro tipo de piel. La piel —el órgano más grande del cuerpo— está viva y responde rápidamente al medio, tanto a factores exógenos (contaminación, alimentación, consumo de tabaco, actividad física, clima, etc.) como a factores internos (endocrinos, alteraciones del sistema nervioso y emocionales). La cosmética natural no puede dejar de ver algo tan fundamental como son los aspectos psicológicos y emocionales, ya que también influyen en el estado de nuestra piel. Es ahí donde la fitocosmética aromaterapéutica juega un papel esencial para ayudar a equilibrar la piel, devolviéndole salud y luminosidad.

Los cosméticos antiedad tienen que aportar, en general, fitoactivos que sean capaces de estimular la producción de colágeno en la piel; es decir, deben actuar sobre un tipo de células que encontramos en la dermis llamadas fibroblastos para que estas células —encargadas de producir fibras de colágeno y elastina y que decrecen en número y funcionalidad con la edad— puedan mantenerse más tiempo activas y sean capaces de producir suficiente colágeno y elastina para mantener una piel tersa y firme el mayor tiempo posible. De nada sirve aportar a la piel sustancias químicas, plásticos y parafinas que la piel no necesita. Es más, no solo no sirven, sino que, además, su uso tiene consecuencias indeseables a corto y largo plazo.

Este aspecto tan importante, unido al aporte de poderosos antioxidantes, ayuda a afinar las arrugas, mejorar la calidad de la piel y devolverle volumen y densidad, con lo que redescubriremos una piel más luminosa y saludable.

Si a ello le añadimos una alimentación sana y rica en compuestos antioxidantes, vitaminas, minerales, oligoelementos y ácidos grasos esenciales de calidad, en poco tiempo veremos cómo nuestra piel cambia y recobra su salud original.